Esta foto se la debo a los destructores de mitos. Aquí aparezco en pleno invierno del año pasado, en uno de los parques submarinos del Golfo Nuevo, alimentando Meros; que son bastante voraces. La temperatura del agua era de unos once grados. La experiencia es única. El silencio sólo se parece al de la montaña mendocina, la que de vez en cuando recorrí en bicicleta.
Para no olvidar
Los hombres son fantasiosos .
Siempre quieren lo que está prohibido:
la libertad,
por ejemplo.
(Carlos Cañas)