María Rosa desembarcando y preparando el mate. Después el viento le voló el agua y Mara se comió la yerba. Así es que pude tomar sólo dos, mientras Gaby recorría la playa bien abrigada y sacando fotos. Mara se encarió inmediatamente con mi suegra y no la deja en paz un segundo.
Para no olvidar
Los hombres son fantasiosos .
Siempre quieren lo que está prohibido:
la libertad,
por ejemplo.
(Carlos Cañas)
sábado, noviembre 05, 2005
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